Propósito en la vida

Amiga… ¿Cuál es tu propósito al nacer?

A todos los seres humanos, ¡A TODOS! sin excluir a ninguno, les llega un momento en que se preguntan: ¿Qué se supone que vine a hacer a este mundo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Hacia dónde voy?

A muchos les toma una vida entera encontrar las respuestas, y hay algunos que jamás las hayan.

Hace 20 años yo era una de esas personas que buscaba respuestas para estas importantes interrogantes. Cuando mi querida abuela estaba conmigo, le consulté mi consternación, a ella la respetaba y admiraba por su sabiduría.

Le pregunté: «¿Qué hago aquí? ¿Cuál es mi propósito en esta vida?», y exclamó sonriente: «El propósito de tu vida es ¡SER FELIZ! así de sencillo, y el único camino para llegar a la felicidad es ¡DAR!

Desconcertada respondí: ¿para ser feliz tengo que dar? ¿Dar qué? Apenas tengo para mí!». La gran mayoría piensa que la felicidad se encuentra en recibir, en vez de en dar.

Por eso, usamos declaraciones como: «Cuando reciba la admiración de otros seré feliz», «Cuando adquiera un auto nuevo seré feliz», «Cuando acumule mucho dinero en el banco seré feliz», «Cuando obtenga un buen trabajo seré feliz»…

La palabra dar puede asustar a muchos pues nos han hecho creer que vivimos en un mundo de carencia, cuando no es así.

El Universo fue creado por un ser eterno e infinito. Por lo tanto, la abundancia material y espiritual nunca se acaba. La naturaleza es un almacén de riquezas que se multiplica.

Imagina esto: con tan sólo utilizar material de construcción proveniente de los Estados Unidos, ¡se podría construir una amplia casa de dos niveles con piscina para cada familia que vive en la tierra!

Quienes sufren de escasez es porque sus pensamientos y comportamiento no están en armonía con lo que realmente desean en su vida.

No le tengas miedo a dar, pues no careces de nada. Reflexiona por unos instantes en aquellas situaciones donde más dichoso te has sentido. Me atrevo a asegurar que en ese momento estabas dando algo. Bien fuera que ofrecías tu tiempo, demostrabas tu amor, compartías tus conocimientos, entregabas un obsequio o expresabas tus talentos, sin dudas, sentiste gran placer.

La satisfacción más grande que existe está en dar y cuando lo haces, automáticamente te sientes feliz.

Concluiré repitiéndote las palabras de mi abuela hace años: «Reconoce tus virtudes, esa es tu riqueza más grande; dáselas al mundo y sin duda serás feliz».

¡ESE ES TU PROPOSITO EN LA VIDA!

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¡Atención!: Esto es lo que aleja al hombre