Astros que guían tu vida

¿Hasta qué punto permites que la superstición te controle?

 

Por María Marín

En uno de mis últimos viajes a Los Ángeles, pasé una tarde con mi abuela Mercedes y nunca dejó de maravillarme. Su memoria es impecable y su buen humor la mantiene jovial a sus 97 años. Quien me vio después en el auto, mientras manejaba, pensaría que estaba loca, pues iba riendo sola por las historias que me contó en detalle, pero mis risas acabaron cuando recordé que estuvimos a punto de perderla hace unos14 años.

En ese momento me aferré a un anillo de oro y perla que ella me había obsequiado. En mi desesperación, le rogué a Dios que si la salvaba, no me quitaría más ese anillo. Abuela Mercedes se recuperó y está muy bien. Por muchos años no me quité el anillo que se había convertido en una especie de amuleto. Si no pegaba con lo que llevaba puesto, lo llevaba sujetado con un imperdible en el sostén, cerca del corazón.

Pero un día, ¡horror! lo perdí. ¡Me había prometido llevarlo siempre! No soy de creer en supersticiones, pero sin darme cuenta me había creado una propia. Mi abuela sigue en excelente condición, lo que me demostró que la mano de Dios fue la responsable y no mi promesa. Y tú, ¿eres supersticiosa? Respeto a la gente que lee su horóscopo religiosamente y aquellos que creen en su «signo». Pero las supersticiones no tienen ninguna explicación racional. Es una creencia basada en el temor a lo desconocido. ¿Cómo se me ocurrió pensar que el andar con ese anillito curaría a mi abuela?

¿Hasta qué punto puedes dejar que los «astros” controlen tu vida? No hay estrella más brillante que la propia. ¡Date más crédito! Lo que has conseguido lo has hecho por ti. Si quieres ir a que te lean la mano, hazlo si te sirve como guía. Pero no has pensado en decirte «esto es lo que va a decir mi mano», «así será mi futuro». No camines bajo una escalera si no quieres, pero recuerda que tienes la capacidad para determinar tu destino y controlar el mismo. Tu empleo lo conseguiste por tus méritos, tu pareja sintió atracción a ti por tus cualidades, tus amigos permanecen contigo por tus atenciones, tus pertenencias las tienes por tu trabajo.

Los pensamientos positivos atraen cosas positivas a tu vida. Si piensas que las cosas irán mal, lo más seguro así sea ya que esa negatividad enviará vibraciones negativas que atraerán precisamente lo que no quieres. Cuando salgas a la calle piensa entonces: «Hoy es mi día maravilloso y todo me saldrá bien. Nada me detiene, voy a conquistar al mundo». A mí me ayudó pensar que abuela Mercedes se recuperaría y por eso, aunque no soy supersticiosa ¡yo también toco madera!.